Este año también bajaron las afiliaciones de los jugadores en un 50%, cuenta el presidente de la institución. A esto se le suma la gastronomía y el catering que, si bien están trabajando, lo hacen de forma intermitente por los controles sanitarios.
La merma de los ingresos también repercute, en el mediano plazo, en la industria equina. Es que la imposibilidad de que empresarios y fanáticos del extranjero puedan venir al país a comprar caballos termina influyendo en las fuentes de ingreso del sector. En ese sentido, especifican que hubo una caída del 50%. "Los extranjeros, normalmente, vienen a consumir y ahora no tenemos a nadie del exterior", detalla el presidente de la Asociación.
De acuerdo con los datos oficiales, el año pasado se exportaron cerca de 3000 caballos, por los cuales se recibieron US$29 millones.
En la gestión de 2019, según los números de la Asociación, los sponsors acompañaron al polo con $197,2 millones, mientras que los derechos de televisión fueron de $31,8 millones. Los principales anunciantes que acompañan el torneo son HSBC, Navarro Correas, Imperial, Johnny Walker, Fiat, y Rio Uruguay Seguros.
Sin imaginar que un año después una pandemia iba a desestabilizar la economía global, el año pasado la Asociación renegoció varios contratos con sus principales patrocinadores. "Se cerraron los acuerdos más altos de sponsoreo en la historia del polo", cuyas condiciones eran jugar "y se jugó", aclaran las autoridades de la industria sin ahondar en detalles sobre los números. Especifican que los contratos no son anuales, pero el año pasado tuvieron que hacer una renovación de los términos y condiciones.
Desde HSBC, el main sponsor del circuito mundial del polo, le explican a LA NACION que ante la situación generada por la pandemia, decidieron acompañar la competencia de la misma forma que lo venían haciendo años atrás sin pensar en una renegociación por el patrocinio. "En nuestro caso el contrato se firmó antes de la pandemia", dicen y aclaran que se respetaron los términos previamente establecidos.
De acuerdo con la Asociación, este año el torneo mantuvo el 90% de los ingresos que facilitan los sponsors. "Se cayó WeWork y tenemos que ver cómo lo recuperamos. Esto tiene que ver con la economía de las empresas", observa la máxima autoridad de la Asociación.
En esa línea habla Lucas Adur, CEO de la Asociación de Polo, afirma que hacer el torneo en estas condiciones los obligó a una reinvención profunda del deporte e implicó el diseño de un protocolo estricto en concordancia con el Gobierno. Además, "significó una baja del 40% en la facturación respecto del año pasado; representa una caída directa de los ingresos", sostiene.
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