"Decidí no pensar en la guita y elegí la opción para ganar". Así de directo lo dice Hilario Ulloa, el nuevo integrante de Ellerstina. Jugaba por Las Monjitas bajo contrato y le iba bien, pero no levantaba copas. Un par de días luego de la final del Abierto de Palermo 2019 recibió una invitación de los hermanos Pieres. La decisión fue difícil, más por lo humano que por lo económico: Ulloa dejaba un equipo en el que había buen ambiente y que tenía un proyecto para dar el asalto final a los podios. Sin el número 2 y sus 10 goles, la estructura se desarmó. Y el delantero de Lincoln pasó a uno de los dos grandes del polo.
Ulloa tomó el lugar de Pablo Pieres, que se fue a La Natividad para jugar con los chicos Castagnola, la revelación del año pasado. Ahora Hilario, de 34 años, está en el equipo que, sin La Dolfina completo enfrente (Juan Martín Nero no actuará al menos hasta avanzado el Argentino Abierto), se erige en principio en el favorito de la Triple Corona. Y ante ese desafío, conversó con la LA NACION.
-¿Cómo llegó la convocatoria de Ellerstina? ¿Te sorprendió?
-Sí, la verdad es que no la esperaba. Cuando llegó, la pensé, la consulté bastante con mi viejo [el domador Carlos "Polito" Ulloa], con el que siempre hablo mucho. Era estar un paso más cerca de lograrlo [conquistar el Argentino Abierto]... Una gran oportunidad para mí.
-¿Qué te dijeron los Pieres?
-Querían hacer un equipo desde cero, en el que ellos se sintieran más parte, tomaran decisiones. Que fuera el equipo de ellos. Y me dieron la chance de involucrarme, de ser uno más. Me dieron libertad de expresarme respecto a caballos, organización, equipo. Ésa es otra cosa que me atrapó: sentirme parte del equipo y opinar. Sentí que me daban un lugar. No soy más que ellos ni nadie como para opinar, porque son un gran equipo, una gran organización, la mejor cría del mundo. Pero sentir que uno es parte, que lo escuchan, es muy importante. Llegando desde afuera, no tener la chance de hablar iba a ser difícil para mí. Ellos me abrieron la puerta desde el primer momento y eso me dio energía para tomar esta decisión, porque sabía que mi palabra y mi voto iban a contar. Que yo no iba a estar pintado.
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