El 14 de septiembre de 1922, tras una fusión de la River Plate Polo Association (fundada en 1892) y la Federación Nacional de Polo (1921), se creó la Asociación Argentina de Polo, el mismo día que se realizaba la apertura del Campeonato Argentino Abierto de ese año en el Hurlingham Club, entidad que fue sede de la asamblea constitutiva. Había grandes y visionarios dirigentes en ambas entidades y costó poco unirlos. Esos dirigentes, en 1927, junto a los de la Comisión del Caballo de Guerra, dispusieron la construcción de las dos famosas canchas 1 y 2 de Palermo inauguradas en 1928, en la avenida del Libertador General San Martín en su cruce con Dorrego, a sólo 10 minutos del centro comercial de Buenos Aires, que se convirtieron en escenarios de increíbles conquistas a nivel mundial y récords históricos locales e internacionales, ganándose la denominación mundial de la Catedral Mundial del Polo, certificada por todos los adelantos técnicos y de embellecimiento , que siguen efectuando febrilmente los hombres que guía su actual presidente Eduardo Novillo Astrada (h). Tras ganar en 1922, en su primera salida al exterior, los Abiertos de Inglaterra y Estados Unidos, Argentina entró en el mapa mundial de este difícil y atrapante deporte y poco después, por imperio de la calidad excepcional de nuestros jugadores y caballos, fue certificada por las conquistas de las medallas de oro en los Juegos Olímpicos de París en 1924 y en los de Berlín en 1936.En el mismo año 1936 también nacería una rotunda superioridad sobre los EE.UU, al ganar en sólo dos partidos (no en tres como en los triunfos norteamericanos en 1928 y 1932) en la tercera versión de la Copa de las Américas cuya posesión, desde entonces, le corresponde a la Argentina sin solución de continuidad, siempre en dos partidos, al vencer de la cuarta a la séptima, en 1950, 1966, 1969 y 1979 en Buenos Aires y la octava y última en 1980 en San Antonio, Texas. La “gran familia del polo” se ve nutrida anualmente con singulares torneos como lo son el Campeonato Nacional Intercircuitos con Handicap por la Copa “Republica Argentina”, el Abierto Argentino Juvenil, los increíbles torneos Nacionales de Menores, así como los de Potrillos y Potrillitos y los intercolegiales por las Copas Santa Paula y New Zealand, que luego llevan a sus protagonistas al máximo torneo mundial interclubes, el Abierto Argentino de Polo, que además pone anualmente el broche de oro a la disputa de la honorífica y única Triple Corona del polo argentino, que integran también los abiertos del Tortugas Country Club y el del Hurlingham Club, como así también al torneo femenino más importante del planeta, nacido en 2017: el Abierto Argentino de Polo Femenino. Conducida por hombres y mujeres del polo, que antes que dirigentes han sido polistas, la Asociación procuró – y siempre lo logró - pasar por sobre el oleaje que produjeron diferencias de posiciones, lógicas en el devenir humano. Por ello, el ansia de superación no se detiene. Así lo demuestran todas las ampliaciones y mejoras realizadas en esa esplendida “Catedral”. Todo ello sin olvidar el mayor patrimonio de la AAP, su magnífico complejo de canchas ubicadas en su predio Alfredo Lalor en Pilar, dotado como todo su entorno de los mayores adelantos técnicos. Dura es la misión de controlar algo al que se llegó a niveles superlativos, puesto que no sólo hay que mantener ese nivel sino que, en la medida de lo posible, se debe mejorar. Esa es la tarea que hoy afronta la entidad madre del polo en nuestro país: conservar intacta la superioridad argentina y, si cabe, acrecentarla.
El día que la Reina de Inglaterra inauguró la tienda de La Martina ubicada en el Guards Polo Club de Windsor, en 2008, Lando Simonetti, fundador de empresa argentina de indumentaria, confirmó que había alcanzado su objetivo: crear una marca internacional de la mano del juego del polo. El empresario, nacido en Italia y radicado en Argentina desde su niñez, ya tenía esa meta definida cuando puso en marcha el proyecto en 1985, después de una larga carrera como ejecutivo en el sector textil. Su emprendimiento empezó con la venta por catálogo de un bolso de cuero diseñado para los polistas argentinos que viajan por el mundo. Tres décadas más tarde, La Martina es una empresa familiar con un centenar de tiendas de ropa informal, accesorios y equipamiento para el polo en 56 países de Europa, América, Asia, Oriente Próximo y África, y una división dedicada al propio juego que organiza unos 70 eventos deportivos por año. El hijo del fundador y actual presidente de la empresa, Adrián Simonetti, a...
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