Apenas faltaban 13 segundos para que sonara la campana final del Argentino Abierto de polo. Un ratito antes, Eduardo Heguy había redondeado su ciento por ciento de eficacia en la ejecución de penales y los aplausos bajaron desde las tribunas para saludar al equipo que estaba a punto de conseguir su tercer título en Palermo, el segundo en forma consecutiva. El 16-13 del marcador era definitivo y así lo entendió Adolfo Cambiaso cuando pegó un palo directo a las tablas de Dorrego y siguió la jugada al paso, sin esforzar a su yegua. Entonces, el mejor polista del mundo y sus tres compañeros de La Dolfina comprendieron que la historia ya estaba escrita y se resignaron en la derrota. El taco al aire de Ignacio Heguy, como en el 96 y el 99, el abrazo de Milo Fernández Araujo con los otros dos hermanos, Alberto (h) y Eduardo Heguy, y la alegría de todo Indios Chapaleufú II por ratificar en el mejor torneo del mundo que ése es, sencillamente, el mejor equipo de polo del mundo.
El día que la Reina de Inglaterra inauguró la tienda de La Martina ubicada en el Guards Polo Club de Windsor, en 2008, Lando Simonetti, fundador de empresa argentina de indumentaria, confirmó que había alcanzado su objetivo: crear una marca internacional de la mano del juego del polo. El empresario, nacido en Italia y radicado en Argentina desde su niñez, ya tenía esa meta definida cuando puso en marcha el proyecto en 1985, después de una larga carrera como ejecutivo en el sector textil. Su emprendimiento empezó con la venta por catálogo de un bolso de cuero diseñado para los polistas argentinos que viajan por el mundo. Tres décadas más tarde, La Martina es una empresa familiar con un centenar de tiendas de ropa informal, accesorios y equipamiento para el polo en 56 países de Europa, América, Asia, Oriente Próximo y África, y una división dedicada al propio juego que organiza unos 70 eventos deportivos por año. El hijo del fundador y actual presidente de la empresa, Adrián Simonetti, a...
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